La coloquial frase acuñada por muchos economistas, “cuando China estornuda, el mundo se contagia de gripa”, no puede ser hoy más gráfica y real con la situación que estamos viviendo a partir de los primeros brotes del coronavirus en Wuhan.

Para entender cómo puede afectar una epidemia ocurrida en un lugar tan lejano a casi toda nuestra economía, tenemos que comenzar precisando que China es la segunda potencia económica más fuerte del mundo, después de los Estados Unidos. Además, esta economía asiática es también la mayor tenedora de los bonos del tesoro estadounidense, lo que le imprime una relevancia especial.

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